La obra que despertó el asociacionismo obrero en Zamora
LOS
TRABAJADORES DEL VIADUCTO DE MARTÍN GIL (ZAMORA). ASPECTOS DEL
ASOCIACIONISMO OBRERO DURANTE SU CONSTRUCCIÓN.
A
escasos 25
kilómetros de la ciudad de Zamora, en los términos municipales de
Palacios del Pan y Manzanal del Barco, se encuentra el viaducto del
ferrocarril de Martín Gil conocido también como “viaducto de Los
Cabriles” debido a la denominación toponímica del paraje en que
se halla.
El viaducto sirve
para
unir la conexión por tren entre Zamora y Orense salvando el embalse
el Esla, un hito de la ingeniería durante
su construcción. Este
puente tuvo el privilegio de poseer el récord mundial por su
arco de hormigón central, al ser el de mayor luz de su época
y también el viaducto
posee una desconocida
intrahistoria cargada de vivencias de sus obreros que constituyeron
durante los años de la II República un poderoso movimiento obrero,
arrebatado por la dura represión contra los trabajadores tras el
golpe de estado en julio de 1936.
Hace
unas semanas se celebró una exposición que conmemoraba los 75 años
de la inauguración del viaducto "Martín Gil", recogiendo
aspectos cotidianos sobre la vida de los cientos de trabajadores que
participaron en sus obras entre los años 1934 a 1942. La asociación
encargada de elaborar la exposición, la Asociación Ferroviaria
Zamorana, realizó una fantástica labor compiladora y solicitó
información sobre el asociacionismo laboral existente en la década
de los años 30, recogiéndolo en diferentes paneles explicativos.
En
las obras del viaducto se formaron sindicatos con una gran capacidad
organizativa, allí actuaron las dos centrales: Confederación
Nacional del Trabajo (CNT) y Unión General de Trabajadores (UGT),
desarrollando ambas una amplia actividad reivindicativa desde el
comienzo de la construcción hasta el inicio de la Guerra Civil,
promoviendo huelgas ya en el mes de octubre de 1934, año clave en la
historia del movimiento obrero al producirse la Revolución de
Octubre que tuvo relativa repercusión en la provincia de Zamora,
habiendo varios detenidos y acciones en solidaridad con Asturias, y
más tarde, fundamentalmente entre mayo y julio de 1936 más
actividades huelguísticas; así en una de esas huelgas que tuvo un
amplio seguimiento y duró varias jornadas se consiguió una
importante mejora salarial (firmada el 16 de mayo de 1936), pasando a
ganar 0,75 céntimos más por jornada cada obrero, testimonios de
antiguos trabajadores recuerdan un mitin sindical tras este paro en
el cual el orador libertario felicitó a los huelguistas diciendo
-“¡Compañeros, hemos ganado esta huelga porque no somos hombres
que nos alimentemos de migajas!”. La organización socialista UGT
tenía más simpatizantes que la anarcosindicalista CNT, fuentes
orales citan que a falta de locales sindicales ambos grupos se
reunían al aire libre, generalmente al amparo de las encinas
próximas a las obras, en plena dehesa de Mázares. La influencia del
Partido Comunista de España (PCE), especialmente a partir de 1936
también fue notable. Recordaban también el carisma de estos
"obreros conscientes" por su amplia formación cultural de
carácter autodidacta, a los cuales respetaban y gustaban escuchar.
En
otras localidades cercanas a las obras del viaducto Martín Gil el
anarcosindicalismo tuvo influencia, se encuentra en varios estudios
ya publicados y en otras fuentes resultado de la investigación que
he venido efectuando desde hace tiempo, aparecen bastantes datos y
referencias a las actividades desarrolladas por los
anarcosindicalistas de Losacio de Alba, en la construcción de la
presa del Esla, en la misma capital provincial, así como en la
construcción del trazado de la línea ferroviaria Zamora – Orense,
constituyéndose varios Sindicatos Únicos adheridos a la CNT y con
destacada implantación entre los carrilanos de la Alta
Sanabria, llegando incluso a realizar importantes acciones como la
ocupación durante varios días en mayo de 1936 de la ermita de
Requejo de Sanabria para convertirla en la sede sindical como
respuesta a una agresión hacia los sindicalistas del párroco local.
Toda esta historia del movimiento obrero libertario en la provincia
de Zamora, merece una pronta publicación con su debida extensión y
rigor, y espero que a finales del próximo año pueda ofrecer las
bases de un interesante estudio del anarquismo zamorano para su
difusión escrita.
Tras
el golpe de estado, la represión se cebó con las asociaciones y
militantes obreristas, en el aspecto económico también hubo
expropiaciones, a modo de ejemplo al
Sindicato Único de Oficios Varios de CNT -AIT
de Zamora le fueron subastadas
todas sus
propiedades por un valor de 145 pesetas.
Otra organización
laboral fue el Consejo Obrero del Oeste afecto al Sindicato Nacional
Ferroviario (UGT), constituído el 17 de junio de 1932 y del cual
Emilio Vicente fue su presidente, a
esta asociación
zamorana le fueron
incautadas 1065
pesetas por la administración franquista. Muchos de los
trabajadores fueron represaliados con el nuevo
régimen
dictatorial, incluido el
constructor del viaducto Max Jacobson quien tenía ascendencia judía
y fue expulsado de
España, así como sus
ingenieros franceses Enrique
Klotz y Gerard Nicollet,
además de las decenas
de trabajadores que
sufrieron el despido, los impagos o la cárcel, siendo
también varios obreros
asesinados durante los primeros meses del enfrentamiento bélico,
víctimas de los frecuentes “paseos” organizados meticulosamente
por las nuevas
autoridades fascistas y
las milicias de
voluntarios falangistas.
En el recuerdo colectivo,
según rememoraban antiguos trabajadores del viaducto en unas
entrevistas efectuadas
hace años, el asesinato
de varios jóvenes de
Montamarta, localidad próxima a las obras,
la noche del 30 al 31 de agosto de 1936.
Y
es que los obreros del viaducto superaron en temporadas la cifra de
500 operarios trabajando simultáneamente. Conviviendo cientos de
trabajadores, unos zamoranos y otros de lugares bastante lejanos,
residiendo muchos en la pequeña ciudad que tuvo que construirse
aledaña a las obras del viaducto Martín Gil, poblado que incluía
diferentes servicios: oficinas, albergue, talleres, laboratorio o
economato, además de diferentes chozas y casas en las cuales
bastantes trabajadores foráneos se alojaron con sus familias. Otros
operarios arrendaron habitaciones en las casas de los vecinos de las
localidades cercanas (Andavías, Palacios, Manzanal, Santa Eufemia,
etc.), compartiendo con ellos comidas, vivencias e ilusiones. La
comarca se convirtió en los años 30 del pasado siglo en una
auténtica zona industrial, debido a las obras del viaducto y del
resto de la vía férrea pero también por las grandes construcciones
de la compañía Saltos del Duero que eran: la misma presa del Esla
en Ricobayo y Muelas del Pan, la construcción íntegra del nuevo
pueblo de Palacios del Pan (el anterior poblado fue anegado por las
aguas del embalse con todo el drama humano y económico que aquello
supuso), el nuevo puente de Manzanal del Barco en la carretera
provincial de Carbajales, el puente de la Estrella y los dos puentes
de considerable dimensión que comunican por caminos locales Palacios
del Pan con Valdeperdices y con Almendra del Pan, atravesando un gran
brazo del pantano. Por ello, en la zona convivían trabajadores de
las diferentes obras de la contrata, desarrollándose una gran
actividad económica, humana y laboral. Es importante destacar la
variada procedencia de los trabajadores del viaducto durante los años
republicanos, los había: oriundos de la capital y también de los
pueblos de los alrededores, pero también de otras provincias
(Asturias, León, Sevilla, Córdoba, Madrid, Pontevedra, Cáceres,
etc.) e incluso de otros países (Portugal, Francia o antiguos
residentes de Cuba). A las preguntas efectuadas durante las
entrevistas, los vecinos de los municipios próximos rememoraban con
cariño: a los entrañables obreros andaluces que se encargaban del
acarreo de los materiales de obra con sus mulas de carga, a los
camiones cargados de trabajadores que viajaban diariamente desde
Zamora, o a los buzos que participaron en la dificultosa labor del
encofrado del pilar central.
A
todos los percances hay que aňadir los frecuentes accidentes de
trabajo que acontecieron durante esta díficil obra, aunque quizá el
más inesperado fue el huracán ocurrido la noche del 15 al 16 de
febrero de 1941 que arrasó diversas instalaciones auxiliares aunque
no daňó la obra de ingeniería construida. La Guerra Civil supuso
la paralización de las obras, la cruel represión y la
reestructuración de la plantilla, pero las obras pudieron concluirse
en 1942, inaugurándose el viaducto el 17 de abril de 1943 con la
asistencia del dictador Franco al evento, y hubo que esperar al 24 de
septiembre de 1952 coincidiendo con la apertura de la línea Zamora -
Puebla de Sanabria para que el primer tren oficial circulara por el
viaducto del Esla, gigantesca mole de hormigón repleta de historia,
sueños y recuerdos.
Fotografías
cedidas
por la familia de Salvador Durán Rodríguez, antiguo
trabajador del viaducto, entró a trabajar el 12 de septiembre
de 1934 con el número 13, desempeñando el puesto de listero.
Carlos Coca Durán
Páginas del dominical, de 9 de junio de 2019, del diario "La Opinión - El Correo de Zamora" (dominical, págs. 2 y 3), que incluían el artículo publicado en el número de noviembre de la revista "Tierra y Libertad" , sobre el asociacionismo obrero y libertario en el viaducto de Martín Gil; siendo el segundo que publico con esta temática en el periódico zamorano.
Comparto las páginas para su lectura, ya que al ser el dominical no aparece en su versión online.
Buenos artículos y muy interesantes.
ResponderEliminar