Breves anotaciones sobre la toponimia de Bamba
El
verano del año pasado, concretamente el 10 de agosto, el
investigador sobre la toponimia regional Pedro Gómez Turiel, dio una
conferencia en el pueblo de Bamba, titulada: “Los nombres y los
parajes. La toponimia de Bamba”. La misma tuvo nutrida
asistencia e interés por parte del público, y del estudio
realizado, me permito tomar una serie de anotaciones para efectuar un
pequeño análisis de los topónimos de esta localidad, enclavada en
la comarca zamorana de la Tierra del Vino.
Primero,
desearía resaltar la importancia de conservar “el nombre de los
lugares”, sirviendo esto para situar con exactitud los diferentes
pagos de una localidad, auténtica sabiduría popular, en
franco retroceso debido fundamentalmente a la despoblación y el
abandono de los trabajos vinculados al campo. También es necesario
reflejar, el carácter identitario de la toponimia local, creando
vínculos de pertenencia a una comunidad determinada, gracias al
conocimiento y utilización de estos términos de construcción
colectiva. No quisiera tampoco dejar de señalar, la riqueza
lingüística y antropológica de la toponimia, verdadero libro de
historia y de estudio comparado de una lengua, al reflejar:
costumbres, acontecimientos, nombres vernáculos, oficios,
naturaleza, intereses u objetivos comunes entre las gentes de una
determinada población.
La
utilización especialmente oral de los topónimos de un lugar, ya que
la cartografía oficial en muchas ocasiones omite o modifica muchas
de estas denominaciones populares, hace que su conservación recaiga
directamente en los vecinos, aunque debemos reivindicar la necesidad
de que las instituciones se impliquen en esta valiosa tarea
divulgativa. Esta permanencia cultural de carácter colectivo,
sugiere al investigador, ser la entrevista una de las mejores fuentes
para la obtención de mayor cantidad de información. Como tal
hicimos en Bamba.
Comenzaré
desarrollando los topónimos
relacionados con el santoral y
la religión, omnipresente en Bamba, donde se encuentra el
importante santuario de El Viso. Algunos: “San Blas”, “San
Juan”, “San Martín” (paraje en el que se encontraba San Martín
de Bambón), o “La Salve”, interesante lugar situado en un
lateral de la Cuesta del Viso, junto al camino de Sanzoles, allí se
realizaba antiguamente un responso por parte de los vecinos de este
pueblo que acudían en romería a honrar a la Virgen del Viso. En el
Catastro del Marqués de Ensenada, se recogen vinculados al
catolicismo: “La Cruz de Palo”, “La Cruz de la plegaria”, “El
Humilladero” o el mismísimo despoblado de Santa María del Valle.
La
toponimia ligada a las labores agrícolas, abunda en Bamba: “El
Corral de Piedra”, “Los Cascajales”, “Las Panaderas”
(tierras fértiles de abundante producción), “Los Verdiales”
(allí Virgilio Sevillano clasificó unos restos arqueológicos
visigodos y de la Edad del Hierro), “El Molino”, “Las Pajonas”
o “Los Arenones”.
Los
oficios, usos del suelo o su propiedad, marcan determinantemente el
nombre del pago, a modo de ejemplo: “Los Carboneros”, “El
Corral de Piedra”, “La Casilla de los camineros”, “El Tejar”,
“La Cespedera” del arroyo o “El teso de la Horca”, colina
donde los convictos eran con probabilidad ajusticiados. Citaré
cuatro antropónimos, todavía en la actualidad muy usados: “La
josa de Santiaguito” (cercana a la Cuesta el Viso, donde cultivaban
frutales), “La cantera de Ribera”, “El terraplén de Peluso”
y “La Tuda de Macario”.
Los
árboles, son también un recurso etimológico de primer orden: “Los
Nogales”, “La Regata de los Castañales” (rememorando un lugar
donde pudo darse este árbol), “El Pino de Gema” o “El prao de
los Bormicos” (también conocido como “Los Gormicos” o “Los
Gornicos”, dependiendo del hablante, y en el Catastro de Ensenada
lo recoge como “Los Güelnicos”), cuyo origen común, según
analiza Gómez Turiel, es el olmo, árbol que aún abunda en esta
pradera. Desearía incluir “El prao de la Moral”, de carácter
comunal, lugar donde se desarrollaban las labores de trilla y servía
de pasto al ganado vacuno. Otras praderas son: “El prao de los
Secadales”, “Las Gadañales” y “El prao El Viso”.
El
callejero popular de Bamba es digno de mencionar: “Las Callejas”,
“La Rinconada”, “Las Casas Nuevas”, “El Barrio de la Cruz”,
“El Camarín”, “Las Casas de la Torre” de la iglesia, o el
lugar de encuentro vecinal “El cuartelillo”. Así son llamados
por las gentes del pueblo, ya que el nomenclator oficial no recoge
estos útiles nombres de construcción popular.
Las
fuentes, actualmente desaparecidas: “Del Viznagal”, “Del
Charco”, “La del camino del Carro”, “La fuente del Valle”,
las de “La Regata de Valdenillas” o incluso “El Pozo del Agua
Buena” muy cercano al casco urbano de Moraleja. Otra escorrentía
es “La calleja Guaza”.
Los
vocablos vernáculos de origen astur-leonés: “Las Llongueras” o
“Llungueras” (significa parcelas elongadas, comentado en
su estudio por Pascual Riesco Chueca), “El sendero El Pardal” y
“Las Chanas”. Más frecuentes aparecen en Ensenada: “El
Bruñezal”, “Los Urrietales” o “Los Castañales”. Por otro
lado, el topónimo Bamba, se
repite en la provincia de Zamora, teniendo su origen en un nombre
germánico, según indica el autor antes citado.
En
el inventario del Catastro de Ensenada, en las carpetas dedicadas a
Bamba, despoblado de San Martín de Bambón, despoblado de Santa
María del Valle y Aribayos, se leen abundantes topónimos con amplio
interés lingüístico-antropológico, que desearía recoger en este
escrito: “El Quiñón del Gejo Blanco”, “El Quiñón de los
Montantes”, “Los Llaganos”, “Cabeza del Trillo”, “Barro
Blanco” o “El Prao del Concejo”, entre otros muchos. Incluso,
hay uno, “El Regalizal”, el cual llama poderosamente la atención,
ya que puede indicar el cultivo de esta popular golosina en tiempos
pretéritos.
Igualmente,
en la cartografía de comienzos del siglo XX, otros topónimos hoy
desaparecidos del léxico común, como “La Muñequina”, “Camino
de los Guinderos” o “Valdesuero”, este último evoca la posible
presencia del obispo Suero, quien en el siglo XIII poseía amplios
terrenos en la zona, cuya gestión dio lugar a un duro enfrentamiento
con el vecindario.
Por
último, es importante destacar la labor en el estudio y conservación
de las hablas locales, efectuada por la “Asociación Cultural
Zamora Furmientu”. La asociación publicó en su web la pequeña
compilación elaborada sobre la toponimia de Bamba (fue también
repartida entre los vecinos); así como el pasado 5 de agosto,
participó en las jornadas culturales del pueblo impartiendo una
charla titulada “Las hablas tradicionales zamoranas” que
hizo las delicias de vecinos e interesados en el tema.
Carlos
Coca Durán
La Tuda de Macario.
Detalle de una puerta.
Plano de 1910 de Bamba.
Hola, gracias por el artículo. Soy de Bamba y me llamo Maria del Aviso. Muchos de los nombres que aparecen se los oía a mis padres que eran agricultores y siempre vivieron alli
ResponderEliminarMe alegro mucho María del Aviso que te haya sido útil el artículo, supongo que te traiga muy bonitos recuerdos. Un saludo.
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