La primavera en la cual Sanabria fue libertaria


      Nuestra provincia es rica en acontecimientos históricos, muchos de ellos bastante desconocidos, que tienen un amplio interés social y cultural. Las realizaciones y expectativas de las generaciones precedentes, especialmente de las clases populares, en varias ocasiones no han sido estudiadas en profundidad pese a que conformaron el modo de vida de todo un colectivo. En esta línea, unos hechos relegados al olvido, fueron el espectacular crecimiento y actividades de las organizaciones obreras libertarias en Sanabria durante la primera mitad del año 1936.

La comarca sanabresa, de fuerte tradición comunal, tuvo en la década de los años 30 del pasado siglo una gran obra de ingeniería que condicionaría el desarrollo de la región: la construcción de la vía del ferrocarril entre Zamora y Ourense. Los trabajadores que allí trabajaron fueron conocidos en la zona con el nombre de “carrilanos”, y para esa enorme tarea, además de los vecinos de los pueblos cercanos, llegaron a Sanabria obreros de diferentes localidades zamoranas, o de otros lugares (asturianos, leoneses, portugueses, andaluces, gallegos, etc.) quienes se asentaron en un poblado construido ex profeso para los trabajadores foráneos de la vía férrea, denominado “Campamento de Nueva Puebla” o “Santa Bárbara”, en el cual residían unos 1500 “carrilanos”, y estaba situado en las proximidades del túnel de Padornelo, en el municipio de Requejo de Sanabria. 

  Estos operarios, pronto crearían asociaciones sindicales, para la mejora de sus condiciones laborales, agrupaciones adheridas: a la socialista, Unión General de Trabajadores (UGT); o a la anarcosindicalista, Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Su actividad sería constante, con destacadas acciones en los años 1931 y 1932, en diciembre de 1933, en octubre de 1934, y sobre todo durante la primavera de 1936. En esa estación la movilización social aumentó, consolidándose los Sindicatos Únicos libertarios de Requejo y Lubián, así como su influencia en otras localidades próximas (Padornelo, Aciberos, Puebla, Pías, Trefacio o Pedralba de la Pradería); y en diversos lugares de la provincia: Villalpando, Losacio de Alba, en el viaducto de Martín Gil (Palacios del Pan), en la propia capital provincial (donde el presidente de su Sindicato Único cenetista, José Justo Bruña, era natural de Porto de Sanabria) o unos años antes en las obras del Salto del Esla (Muelas del Pan). El asociacionismo obrero significó toda una novedad en nuestra tierra, cuyas duras condiciones de vida ya habían sido descritas por el escritor ruso Ilyá Ehrenburg en su libro “España, República de trabajadores” (1932), testimonio que puede leerse en mi artículo: “Ilyá Ehrenburg, un reconocido escritor en la Zamora de 1931”, en LA OPINIÓN –EL CORREO DE ZAMORA, en el dominical del 7 de junio de 2020.

Esa primavera libertaria tuvo en la formación cultural uno de sus principales referentes. Es interesante rememorar que en el año 1934, una compañía de las Misiones Pedagógicas estuvo en la comarca y su recuerdo perduró a lo largo de bastante tiempo entre las gentes. Fieles a los principios del anarquismo, que veían en la educación uno de los instrumentos prioritarios para lograr el bienestar general, los revolucionarios sanabreses promocionaron la lectura, así el corresponsal del periódico “Tierra y Libertad”, escribe en el número de 22 de mayo de 1936 sobre Requejo: «Los compañeros han proseguido en la celebración de charlas y distribución de prensa, de manera a dar al pueblo una noción más amplia de sus derechos y de los medios que deben ponerse en práctica para ser alcanzados». 

Describimos un periodo de gran conflictividad social, uno de los sucesos más nombrados, fue el atentado y posterior ocupación de la ermita de la Virgen de Guadalupe (Requejo) para establecer la sede del sindicato. La noticia fue dada en primicia por el periódico “El Liberal” de Bilbao, aunque utilizaremos para narrar lo acontecido los testimonios de sus propios protagonistas, publicados en la escasamente investigada prensa libertaria. El “Tierra y Libertad” recoge: «Hace pocos días hicieron estallar una cantidad de dinamita que obligó a las autoridades locales a proceder a un registro en casa de los elementos más significados del pueblo, encontrando en casa del cura párroco seis metros de mecha, en la del exalcalde dos petardos y una botella de líquido inflamable y en casa del secretario del Ayuntamiento una escopeta sin licencia (…). Después de todo esto, el pueblo se ha apoderado de la iglesia y dentro de ella ha instalado el local del Sindicato [de la Construcción y Vías Férreas] que está funcionando con toda normalidad», crónica acompañada de una fotografía, idéntica imagen publicó en portada el semanario madrileño “¡Campo Libre!” (9 de mayo) con un tajante pie de ilustración: «En Requejo de Sanabria arrojó al Centro Obrero una bomba el cura, destrozándolo. Como respuesta, los compañeros se apoderaron de la iglesia, donde han puesto el Sindicato. Nunca va a ser más útil el templo. Hay que arrojar a los mercaderes». En ese mismo número aparecía un bello dibujo del artista Baltasar Lobo.

Un fenómeno interesante fue el paulatino desbordamiento del modelo sindical ugetista en beneficio de la CNT, organización que debido a su posicionamiento nunca a favor de un determinado partido político y su eficaz modelo reivindicativo (fortalecido en el IV Congreso Confederal de Zaragoza) acrecentaba su prestigio entre el proletariado, aspecto que se aprecia muy bien en Sanabria, donde al menos dos sindicatos (Vigo y Requejo), cambiaron en bloque de la UGT a la CNT. En el importante diario barcelonés “Solidaridad Obrera” (del cual sería su director unos meses después un zamorano, Jacinto Torhyo) se lee: «La Sociedad de Ganaderos y Pequeños Propietarios afecta a la UGT ha pasado con sus 37 obreros afiliados a la CNT. En la asamblea celebrada el día 21 lo acordaron» (edición del 18 de julio), en un artículo firmado, desde Vigo de Sanabria, por un eufórico Manuel Román del Estal; igualmente en “la Soli” (el 5 de junio) figura un escrito de Gonzalo García indicando que la central socialista de Requejo se unía a la CNT, noticia que asimismo difundía “Tierra y Libertad”. 

El colectivo ácrata de Sanabria aumentaba, constituyéndose también en Requejo un grupo adherido a la Federación Anarquista Ibérica (FAI), con el clarificador nombre de “Los Carrilanos”, según señaló “Tierra y Libertad”.

La primera semana de junio todos los sindicatos, entre Requejo y Vilar de Barrio, declaran una huelga para reclamar mejoras salariales, la jornada laboral de 44 horas semanales y otras demandas. Este movimiento huelguístico fue incluido por los historiadores gallegos, Dionísio Pereira y Eliseo Fernández, en su magnífica obra “O movemento libertario en Galiza” (2006), indican que duró 28 días y la fraternal «consigna ‘UHP’ resonó en insospechados lugares montañeses». La huelga fue ganada por los trabajadores, siendo sus peticiones aceptadas por la sociedad constructora, tras las negociaciones del minero cenetista de origen asturiano Manuel Fernández. El rotativo “Solidaridad Obrera”, en un artículo titulado “Requejo” y con firma de Amador Fernández, lo cuenta: «En la provincia de Zamora, como en todas partes, el Frente Popular se está haciendo impopular por su actuación. Hay un ferrocarril en construcción, en cuyas obras los contratistas se han distinguido por su desmedido afán de  explotar a los obreros (…) Sepan las autoridades y la empresa que los trabajadores no cederán un paso y harán que las bases sean aprobadas en su integridad». Además, durante esas jornadas, las fuerzas policiales, aprovecharían para desalojar al sindicato de la antes citada ermita de Guadalupe.

El disfrute de las conquistas laborales fue efímero, ya que tan solo unos días después se produjo el golpe de Estado militar que dio inició a la Guerra Civil. Y aunque los “carrilanos” de “As Portelas” resistieron durante 10 días, finalmente muchos huyeron hacia Portugal, otros tantos serían el germen de la futura guerrilla antifranquista en las montañas de la región y bastantes sufrieron la terrible persecución por parte del nuevo régimen o fueron pasados por las armas. Pero ese relato perteneciente a la memoria histórica daría para otro artículo que se escapa en extensión a estas páginas.

Por último, considero oportuno añadir un breve listado de algunos de aquellos partícipes de las ideas anarquistas que actuaron en Sanabria durante esos años republicanos (lo detallaré más en un próximo estudio), por su innegable interés académico. Indicando su residencia o la zona donde destacó en su activismo: en Requejo y el Campamento de Santa Bárbara, los punxineses Rogelio Alonso Chao y Manuel López Lamas, Luciano Felipe Martínez, Gonzalo García Rodríguez, Reinaldo Cortés Cárdenas o Amador Fernández; en Lubián, los hermanos gaditanos, Antonio, Juan, Manuel y Alfonso Pérez Cornejo, y el capataz Antonio García Ramos, además de los antes socialistas Juan Ovides Montesinos y  Eduardo Blanco; de Pías, Francisco Martínez Núñez; en Puebla, el practicante Manuel Alonso San Román (afín también al PCE); en Padornelo, Manuel Fernández; de Vigo de Sanabria, Manuel Román del Estal; o zamoranos en los sindicatos gallegos de pueblos vecinos, como Francisco Julián Macías, Dionisio Tola Cano, o Herminio Álvarez Vázquez. Incluso famosos militantes oriundos de la provincia: en Verín vivía el maestro Luis Bazal; y Dalmacio Bragado Ruiz (quien ya mitineó en A Gudiña en 1931) en la ciudad de Vigo.

Carlos Coca Durán 


"La primavera en la cual Sanabria fue libertaria": La Opinión- El Correo de Zamora (5-VII-2020),  suplemento dominical p.1-3.







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